Banner

El Coosur Betis entrega un partido increíble en San Pablo (69-71)

Usar puntuación: / 0
MaloBueno 

Noticia publicada en alfinaldelapalmera.com / Texto: Sergio A. Ávila/Foto: Juan Flores

El fortín de San Pablo, que se mantuvo amurallado toda la temporada pasada, cayó en la segunda comparecencia del Coosur Betis en casa tras una inopinada e inesperada victoria del Casademont Zaragoza. Ojiplático se quedó el conjunto verdiblanco y todo el pabellón San Pablo, que se las prometía muy felices cuando su equipo alcanzó en el tercer cuarto los 16 puntos de ventaja (51-35), con un KC Rivers estelar, y se marchó al último con una ventaja holgada de once tantos (52-41).

El partido, entonces, se paró por culpa del marcador y del reloj de posesión varios minutos. Visto lo visto, esa interrupción le sirvió al conjunto aragonés para serenarse, resetearse y creerse que podía no sólo meterse en el choque sino pujar por el triunfo en Sevilla. Un parcial de 17-30, con Benzing capitaneando a los suyos, dinamitó el partido y dejó al Betis cariacontecido, frustrado por la oportunidad perdida y con la tercera derrota en el casillero. Así se fue al traste todo el buen trabajo que, como colectivo, habían realizado los hombres de Curro Segura durante tres terceras partes del encuentro.

 

La capacidad anotadora de KC Rivers, la transformación defensiva del equipo y la ofuscación del Casademont Zaragoza, que no encontró un quinteto estable en todo el primer tiempo, le permitieron al Betis irse a los vestuarios con siete puntos de ventaja (32-25) y la confianza reforzada tras dos primeros cuartos de escasa anotación, poco acierto y la consabidad bipolaridad del cuadro albiverde, que fue de menos a más. Le costó mucho asentarse en el partido al Betis, muy espeso en ataque, sin dar apenas pases, poco fluido. Salvo en las dos primeras canastas, un 5-0 fruto de dos recuperaciones de balón, los verdiblancos tuvieron problemas para encontrar situaciones claras de tiro más allá de lo que pudieran inventar Sipahi jugando al poste y Whittington, siempre percutiendo de afuera hacia dentro. Pero el Betis no iba. Se estancó en los diez puntos tras un triple del base turco (10-10) y el Casademont Zaragoza, más decidido aunque tampoco su juego fuera ni mucho menos excelente, le asestó un parcial de 0-6, aprovechando el impacto de Alocén, que AJ Slaughter redujo a 13-16 al término del primer acto.

Era un partido de mínimos… y así estaba el Betis, a bajas revoluciones, perdiendo la batalla del rebote, con un 26 por ciento en el tiro de campo y sólo dos triples convertidos de siete intentos. No podía seguir así. Su vuelo era raso. El chip lo cambió de inmediato. De pronto, se endureció atrás, cerró espacios, agobió al Casademont en el uno contra uno y KC Rivers se puso las pilas hasta convertirse en el hombre de la primera parte. Lo suyo fue una exhibición que comenzó con un triple para el 21-20, el que remontó el partido, y continuó con otras dos dianas exteriores y otra canasta de fabricación propia. No necesitan que jueguen para él. Simplemente agarra la bola, desafía al rival que intenta frenarlo, se busca el aclarado o el tiro y su calidad hace el resto. Del 13-20, tras dos aciertos de Radovic, se pasó al 24-20 gracias a un parcial de 11-0 que le dio el control del partido al Betis. Ya no lo soltaría.

El Casademont estaba sin tiro exterior (2/7 al descanso) y con varios jugadores, demasiados, fuera de foco: Brussino, Barreiro, Justiz, DJ Seeley… A poco que se apretó las tuercas en defensa, el Betis lo ahogó hasta dejarlo en sólo 25 puntos al intermedio y, sobre todo, lleno de dudas. Porque circulaba bien el balón, pero no producía. El bloqueo aragonés era absoluto y así continuó en el tercer cuarto. El ritmo anotador seguía siendo bajo y ello beneficiaba al Betis, que le mantuvo el pulso al encuentro apoyado ofensivamente, sobre todo, en la capacidad productora de KC Rivers, en ignición. Pero no sólo del americano vivió el equipo.

Era tal la atracción que generaba de las defensas que otros compañeros se aprovecharon de ello y también aportaron puntos para diversificar el ataque y restarle previsibilidad. Y así, tras un triple de Benzing (56-53), el Betis rompió el partido. Sipahi anotó, KC Rivers apareció de nuevo con otro triple y Borg se unió a la fiesta desde el perímetro (44-35). Paró el choque Fisac, pero a sus chicos nada les salía. La agresividad defensiva verdiblanca mucho tuvo que ver. Borg birló la pelota en la siguiente posesión, la primera tras el tiempo muerto, para convertir otros dos puntos; KC Rivers enchufó de nuevo y otra recuperación verdiblanca (de Borg, por supuesto), colocó la máxima (51-35) tras un contundente 13-0, que dejó tocadísimo al Casademont Zaragoza.

El Coosur Betis lo arrasó en ese segmento cual vendaval. Pareció que reaccionaba con un 0-6 (51-41), pero una desaplicación defensiva de Justiz, concediendo una falta de tres tiros a un triple de Conger de más de ocho metros que zanjaba el tercer cuarto, evidenciaba que estaba fuera del partido. O eso parecía… Conger sólo metió uno, pero con 52-41, el partido estaba en el cazo a poco que los verdiblancos mantuvieran las mismas constantes vitales. El Betis sumaba ya diez triples y su rival, apenas tres.

Los problemas con el marcador y el reloj de posesión dejaron parado el partido casi diez minutos y ese imprevisto impás, que obligó hasta a calentar a los jugadores para no enfriarse, cambió radicalmente la situación. Un mate de Justiz nada más empezar el último cuarto anunciaba lo que se venía encima, pero ni los más pesimistas del lugar imaginaban lo que sucedería. El parón dejó más frío al Betis y activó insospechadamente al Casademont Zaragoza. Se tienen que sumar ambos factores para que un equipo levante así un partido que estaba tan en contra.

En el baloncesto suceden cosas impensables y el Betis lo comprobó en sus carnes. Sin KC Rivers en la pista, se quedó como huérfano mientras su rival empezaba a anotar todo lo que antes había fallado. Especial mención en este sentido para Barreiro y, sobre todo, Benzing, que anotó cinco triples y fue el verdadero motor de la remontada. Del 52-41 se pasó al 60-59, tras triple del alemán, y fue Barreiro quien acabó de voltear el choque y situar cuatro arriba a su equipo (64-68). KC Rivers regresó con 55-51 y anotó el triple, aprovechando la defensa de Justiz, que debió valer la victoria (69-68), pero San Miguel respondió desde siete metros a falta de menos de tres segundos y Sipahi, en la última jugada tras tiempo muerto, erró el tiro, desaprovechando el balón que debió llegar a las manos de KC Rivers y acabó sin tocar la red y con el Casademont Zaragoza eufórico por la victoria que se llevaba in extremis.

Coosur Betis: Sipahi (12), Borg 7(), Conger (4), Nacho Martín (-), Whittington (7) -quinteto inicial-; Enechionyia (-), KC Rivers (26), Malmanis (-), Oliver (3), AJ Slaughter (6), Almazán (-), Izundu (4).

Casademont Zaragoza: San Miguel (7), DJ Seeley (5), Benzing (20), Barreiro (6), Justiz (11) -quinteto inicial-; Vázquez (4), Radovic (6), Brussino (6), Alocén (6), Krejci (-), Hlinason (-), Javier García (-).

Árbitros: Martín Bertrán, Oyon, Sánchez Benito. Sin eliminados. Cuarta jornada de la Liga Endesa. Palacio de los Deportes San Pablo, ante 4.080 espectadores.

Parciales: 13-14, 19-11, 20-16, 17-30.

Banner
Banner
Banner