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85-72: Desplome en el segundo tiempo y derrota del Coosur Betis en Burgos

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Un pésimo segundo tiempo condenó en Burgos al Coosur Betis, que enlazó la tercera derrota consecutiva y la séptima en nueve jornadas, una secuencia negativa que deja a los verdiblancos en el fondo de la clasificación y ya con ciertas urgencias para lograr una victoria lo antes posible. En el Coliseum, donde se medían dos equipos muy necesitados, al conjunto de Curro Segura se le apagó la luz a la vuelta de los vestuarios tras un primer tiempo digno, aceptable, a la misma altura como mínimo que su rival.

A partir del tercer cuarto, sin embargo, las prestaciones verdiblancas cayeron en picado, tanto en ataque como en defensa, y su rival le pasó por encima por momentos, solventando el pleito sin dificultad. Sólo AJ Slaughter superó los dobles dígitos en anotación en el Betis.

 

 

Como cuenta en su crónica del partido Sergio Ávila en alfinaldelapalmera.com, se enfrentaban dos equipos con el triple como predilección y los ataques de ambos estuvieron condicionados en la primera parte por el discretísimo acierto de uno y otro desde la línea exterior. Tarde de expectación, tarde de decepción… al menos en cuanto a la puntería perimetral se refiere. Esa dificultad para abrir el campo propició que el partido se igualara, con mínimas ventajas alternativas, y que se enrocara ahí en todo el primer tiempo. Ni el Coosur Betis ni el San Pablo Burgos esprintaron en ningún momento ni tampoco alcanzaron el punto de ebullición en sus ataques. Se dirá que las defensas le ganaron la partida a los ataques o, también, que jugaron con el freno de mano echado, engarrotados a veces, sin demasiada clarividencia. Les faltó fluidez, tal vez ritmo, y que se estrellasen con el aro en la línea de los tiros libres tampoco ayudaba (4 de 9 para el Betis y 2 de 8 para los anfitriones). Vaya noche tuvo Lima en el 4,60, por cierto.

El Betis se plantó bien en la pista y no tuvo las desconexiones de otros días. Enechionyia careció esta vez del tremebundo acierto que exhibió contra el Barcelona y AJ Slaughter, un filón como siempre, acudió al rescate de su equipo cuando el San Pablo Burgos intentaba despegar. Seis puntos del internacional polaco establecieron el 18-15 del final del primer cuarto, preludio de los mejores momentos del Betis en el partido. Con Almazán de alero, Oliver de base, Whittington de cuatro abierto para dejar más espacio al cinco y sin KC Rivers, el conjunto verdiblanco cortó en seco el flujo de las canastas fáciles del San Pablo Burgos, al que le había permitido demasiadas licencias en la pintura, y se encastilló bien en sus dominios. Una penetración de Almazán culminada en canasta situó la máxima ventaja verdiblanca (25-29), pero entonces apareció en el partido Earl Clark, que se hartó de rascar faltas a sus pares, hacer mates y finalizar en el aro verdiblanco con excesiva soltura. Las vigilancias no funcionaron y suerte que no estuvo nada afortunado desde la línea exterior.

Cuando el perímetro burgalés comenzó a carburar (triples de Benite y McFadden para el 39-35), Segura paró el partido y sacó a KC Rivers para la recta final, antes del descanso. No se había estrenado el americano y lo hizo con un rebote de ataque que dejó el 39-37 y la igualdad como denominador común (20 puntos en la pintura cada uno) de un primer tiempo de alternancias y sin dominador claro ni, por supuesto, autoritario. El funcionamiento del Betis había sido bastante lineal, sin cortocircuitos… hasta el inicio del tercer cuarto. El equipo se quedó en el vestuario, paralizado, sin ritmo ni energía. En dos minutos y medio encajó un parcial de 9-0, con dos triples de Bassas y Benite, que provocaron el tiempo muerto de Segura. El rapapalvo del entrenador a sus jugadores fue sonoro. El que merecían. El Betis se había descolgado con una salida de vestuarios impropia por destensada y ahora, con 48-37, le tocaba sufrir, anestesiar la ansiedad y remar.

Era el momento para medir la capacidad de sufrimiento del equipo. Le costó estabilizarse porque los triples no entraban, pero en la plantilla hay un jugador casi infalible, con la mente más fría que ninguno. Se llama AJ Slaughter y otra vez sacudió a su equipo con un serial de puntos vital para que el Betis volviera al choque. Pero el polaco era un islote. Nadie se aliaba con él (apenas Niang) para sacar al equipo del fango, del atasco. Izundu ya cargaba con tres faltas, igual que KC Rivers, de aportación raquítica, mientras el San Pablo Burgos se las ingeniaba por dentro para suplir la baja de Huskic, lesionado en el tobillo derecho al final del segundo cuarto. La máxima ventaja local había sido de doce puntos y acabó ese tercer parcial con ocho gracias a que Niang acertó un complicadísimo gancho (62-54). El Betis había sido sancionado con ocho faltas en esos diez minutos y el San Pablo Burgos acudido diez veces al tiro libre. Los verdiblancos sólo lo hicieron dos veces y Whittington se dejó un tiro por el camino. El arbitraje había cambiado, se pitaba mucho más, pero los problemas del equipo eran otros. Faltaba intensidad y más afluentes anotadores que acompañasen a AJ Slaughter.

El paso al frente de sus supuestos referentes era imprescindible para pelear el partido, mas esas teclas no las tocó el Betis, sacudido otra vez en el despegue del último cuarto. Niang siempre salió perjudicado del choque con Lima, dos faltas más para él, y el equipo se empeñaba en recortar por la tremenda, sin paciencia, a través de los triples de Whittington. Que fuera la primera opción no hablaba bien de la gestión de sus ataques. Faltaban ideas, otros registros, más jugadores reclamando el foco. Como no entraron los triples, la distancia se disparó otra vez a los doce puntos (71-59). El perímetro albiverde se había quedado seco y el San Pablo Burgos seguía atizando la hoguera, a través de McFadden (76-61). Quedaban cinco minutos, AJ Slaughter se fue a banquillo y nadie tomó su testigo en los breves instantes en que tomó un respiro. Clark firmó los 20 puntos, KC Rivers estaba completamente desenchufado y un mate de Tokoto casi dejó sentenciado el choque (79-63) con algo más de tres minutos por delante. Para emprender una remontada así en tiempo récord hay que creer ciegamente en que se puede hacer y el Betis ya no creía en sus opciones, así que Clark, el hombre del partido, redondeó su actuación con otra canasta y un tapón sobre Almazán que liquidaron el pleito. Es la séptima derrota del Betis en nueve jornadas disputadas.

San Pablo Burgos (18+21+23+23): Fitipaldo (9), Benite (12), Barrera (4), Clark (22), Huskic (2) -quinteto inicial-; Tokoto (8), Vega (2), Salvó (-), McFadden (10), Bassas (11), Lima (5).

Coosur Betis (15+22+17+18): Sipahi (8), Borg (4), KC Rivers (2), Enechionyia (3), Whittington (9) -quinteto inicial-; AJ Slaughter (24), Oliver (4), Conger (2), Niang (8), Almazán (4), Malmanis (-), Izundu (4).

Árbitros: Perea, Manuel y Merino. Sin eliminados.

Partido de la jornada novena de la Liga Endesa, celebrado en el Coliseum Burgos, ante 9.384 espectadores.

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