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El certificado matemático llegó desde Madrid (58-109)

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El sellado matemático llegó en AVE, directo desde Madrid. El Coosur Betis logró la permanencia tras cumplirse una de las dos variables que contemplaba la jornada. Necesitaba ganar al Barça o bien que el Estudiantes cayera en su pista, contra el Monbús Obradoiro. Se cumplió esto segundo y el Betis es de ACB para la 21-22 a todos los efectos.

Con los jugadores verdiblancos ya en el vestuario tras la dura derrota que les recetó el voraz conjunto azulgrana se conocía la noticia que llegaba desde el WiZink Center, que la continuidad del Betis en la Liga Endesa dejaba de ser virtual para serlo con todas las de la ley. A Joan Plaza, exigente como pocos, le habría gustado que el objetivo se materializara por los méritos de su equipo, pero no fue posible, ante un Barça que se aplicó a fondo del minuto uno al cuarenta, sin piedad.

 

El Betis se vio superado en todo momento por la fabulosa escuadra de Jasikevicius, que no se toma un solo partido a título de inventario. Tras el 21-21 del primer cuarto se concibieron ciertas esperanzas de que al menos pudiera haber suspense más allá del descanso, pero nada de eso. Un espejismo. Se puso serio el Barça, cortocircuitó al Betis, sacó el mazo y acabó con todas las opciones del anfitrión en diez minutos de un baloncesto pletórico que dejó al desnudo todas las carencias de su rival. El rotundo parcial de 4-33 fue sólo una pequeña muestra de lo que es capaz una plantilla del esdrújulo potencial de la azulgrana. No por nada está en la Final Four de la Euroliga.

El Coosur Betis comenzó un tanto contemplativo, con un puntito de frialdad en todas sus acciones completamente contraindicado para medirse el Barça. El resultado de tan legañosa puesta en escena, primer pecado capital de los verdiblancos, fue un 8-17 que incluyó dos triples y ocho puntos de Abrines, otra diana exterior de Calathes o una bandeja del cerebral base heleno. Demasiado sencillo para el Barcelona, que ponía tierra de por medio sin apretar el acelerador. Pidió tiempo muerto Plaza para ajustarlo todo y hacer reaccionar a su equipo, que necesitaba ponerle más voltaje, energía y físico al partido. Si no lo hacía, el pleito duraría un suspiro. Introdujo cambios el Betis y la entrada de Campbell, Ndoye y Ouattara le sirvió para que el reloj lo despertara. Tarde, pero llegó al encuentro. Tras el 8-18 de Mirotic desde el tiro libre, la verticalidad de Campbell y su visión de juego despertaron al Coosur Betis, que se apretó las clavijas en defensa, usando las manos, colapsando la pintura y mostrándose mucho más enérgico y agresivo. Lo que le demanda Plaza. Con Gasol en pista, Ndoye no se achicó, sino todo lo contrario. Lo paró al poste, le sacó dos faltas y anotó el senegalés, quien se sintió curiosamente mucho más cómodo cuando tuvo la referencia del internacional español que cuando a éste lo retiró de la pista Jasikevicius.

Un triple de Campbell, que cayó con nieve y con la bocina del cuarto tronando, colocó el esperanzador 21-21 del cierre del primer acto que ni mucho menos presagiaba la tromba que llegaría de inmediato. Al tiempo que comenzó la lluvia en Sevilla, empezó a jarrear también en San Pablo. Canastas de todos los colores del Barcelona, en concreto, al que Saras espoleó en un tiempo muerto. No quería flirteos con la derrota. Ninguno. Y con espíritu casi marcial activó el Barça la maquinaria y trituró al Betis, que en todo el segundo cuarto sólo metió una canasta de campo, ¡una!, y fue obra de Randle cuando se avecinaba al descanso. Con el 23-51, en concreto, destacándose en el luminoso. Sucedió que el Barcelona elevó muchísimo el nivel defensivo, que el Betis no vio la forma de atacar al acorazado azulgrana, que el tiro exterior no le funcionaba, que se enredó en pérdidas que propiciaron contraataques, que Kuric estaba la mar de fino desde el perímetro y que, para colmo, hubo dos o tres acciones que pudieron ser objeto de falta contra el Barça no sancionadas.

Plaza se desesperó, recibió una técnica y, al poco, la peor noticia del partido: Feldeine se resbaló en la zona pintada, tuvo que retirarse a los vestuarios sin poder apoyar y los primeros pronósticos sobre su posible lesión no son optimistas, precisamente, según apuntó el entrenador al finalizar el choque, aunque hay que esperar que las pruebas médicas determinen el alcance de la dolencia. Feldeine, por cierto, llevaba cero puntos cuando se lastimó. Primero Calathes y luego Claver, sus dos pares, lo habían anulado completamente cortando así la principal vía de producción verdiblanca. Al intermedio, todo eran malas noticias en San Pablo (25-54).

Así las cosas, con el partido visto para sentencia y la preocupación añadida generada por el estado físico de Feldeine, interesaba mucho más lo que sucediera en la cancha del Movistar Estudiantes, donde también estaba en juego la salvación matemática del Betis. Una losa de 29 puntos pesa mucho en el ánimo, muchísimo, pero no queda otra que resetearse, competir en cada jugada y plantear un encuentro de veinte minutos. No era la primera vez en toda la temporada que el Betis se enfrentaba a una situación así. La cuestión, con el partido roto, era comprobar qué podría hacer el equipo sin Feldeine, sí, pero quizá también más calmado y tal vez con el Barça un puntito más relajado. Esta segunda hipótesis rápidamente se descartó. El Barça no se relaja, simplemente modera su velocidad de ejecución. Es un taladro con diferentes velocidades. Con Campbell, Borg, Almazán y Kay y Jordan por dentro, el Betis se refugió en una defensa zonal y en ataque intentó ser agresivo con el bote y en el uno contra uno ante un equipo más alto, más físico y más potente. Los problemas continuaron, pero al menos no jarreaba tanto como en el segundo parcial, que fue definitivo. Eso sí, la capacidad triplista del Barcelona seguía intacta. Esa hemorragia no la cerraba el Betis, ni en individual ni en zona. Negados los perimetrales ante la canasta (4/25 en triples al acabar el partido), Jerome Jordan asumió los tiros del equipo y absorbió casi toda la producción ofensiva. Finiquitado el tercer cuarto, el Betis caía de treinta (47-77) tras un parcial de 22-23 en ese segmento.

Sin Jordan en la cancha, quien asumió sus funciones fue el otro Jerome, Randle, mucho más cómodo en ese escenario, un partido de ida y vuelta, con más espacios y la opción de abusar mucho del bote y atacar los aclarados en vertical. Algunas canastas de mérito logró así, pero el bagaje era insuficiente porque no acompañaba el juego colectivo ni defensivamente lograba el Betis que el Barça frenara en seco en ningún momento. La motivación de la tropa de Plaza, que estaba bajo mínimos, fue decayendo aún más hasta desaparecer completamente en el último cuarto. El técnico verdiblanco hizo alguna prueba defensiva y le dio carrete a Magassa para que se siga formando en el banco de pruebas de los partidos, pero el equipo bajó los brazos.

El Barcelona, a golpe de triple, con la misma facilidad que había tenido para abrir fuego exterior toda la mañana (17/29 al final), agrandó aún más la brecha, hasta más allá de los cuarenta y hasta de los cincuenta puntos. Un marcador sonrojante. Los azulgranas estaban pasando el rodillo con insultante facilidad y a falta de tres minutos ya habían elevado los 98 tantos a su casillero. La centena (56-100) la firmó Bolmaro, con una bandeja. El Barcelona, competitivo hasta el límite y en cualquier circunstancia, continuó anotando y apretando defensivamente hasta el último instante de un partido sin historia que dejó al Betis esperando la resolución del choque en Madrid para, al fin, convertir su permanencia en matemática.

Ficha técnica:

Coosur Real Betis (21+4+22+11): Randle (8), Feldeine (-), Almazán (2), Spires (9), Jordan (16) -quinteto inicial-; Kay (2), Borg (-), Magassa (2), Ouattara (3), Torres (-), Ndoye (8), T. J. Campbell (8).

F. C. Barcelona (21+33+23+32): Calathes (8), Westermann (5), Abrines (20), Mirotic (9), Davies (4) -quinteto inicial-; Bolmaro (10), Smits (7), Oriola (8), Pustovyi (6), Pau Gasol (6), Kuric (12), Claver (14).

Árbitros e incidencias: Aliaga, Zamorano, David Sánchez. Sin eliminados. Trigésima sexta jornada de la Liga Endesa. Palacio de los Deportes San Pablo. Antes del partido se homenajeó y se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Satur, 'la abuela del Caja'. Sin público.

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